Sin rastros en la arena, sin señales del universo, sin dolor, sin sufrimiento, sin alegría, sin tiempo: se ha hecho y en la acción un intento. Las noches de luna, los días de sol, las estrellas todas, la muerte y el amor: han anticipado un presente en sensación. Hemos sido, o somos quizás, expiaciones perfectas, mentiras verdaderas; figuras amorfas, criaturas lanzadas desde el cosmos.
El mar suena, en cada ola que repiquetea. El viento pasa corriendo, cual si se fuera a acabar el tiempo. Las gentes oyen, yo veo. Y los intentos, las lunas, los soles, las sensaciones y el cosmos mismo, yacen en un sonido ínfimo. Somos tan solo lo que somos, ni mas, ni menos. No lo que vemos, no lo que oímos. Al natural.